Con esta entrada del amor y la amistad, doy inicio a un nuevo tópico en el blog: el café; asunto que tanto contribuye a la salud de ambas: el amor y la amistad. Luego de un par de años lejos de la industria del aromático, para la que trabajé por poco más de 10… Y ya sin funcionar el antiguo blog colectivo que mi amiga y magnífica catadora, Silvia Gutiérrez, bautizó como Bitácora de Cafés, retomo aquí esta pasión. Y para abrir apetito les dejo con un bello poema del austriaco Peter Altenberg, escritor de cafetería, incluso recibía su correspondencia en el Café Central de Viena. Su poema El Café, en la interpretación del galardonado traductor chileno Adán Kovacsics:
Tienes tus preocupaciones, sea ésta, sea aquella… ¡al café!
Por algún motivo por muy comprensible que sea, ella no puede venir a verte… ¡al café!
Tienes las botas destrozadas… ¡al café!
Tienes un salario de cuatrocientas coronas y gastas quinientas…¡al café!
Eres un hombre correcto y ahorrador y no te permites ningún lujo… ¡al café!
Eres funcionario y te habría gustado ser médico… ¡al café!
No encuentras ninguna que armonice contigo… ¡al café!
Te hallas internamente al borde del suicidio… ¡al café!
Odias y desprecias a los seres humanos y, sin embargo, no puedes prescindir de ellos… ¡al café!
Ya no te fían en ningún sitio… ¡al café!
Traducción de Adán Kovacsics
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